Si ayer AMD presentaba su nueva gama de procesadores Ryzen 3 desde la Computex 2019, hoy Intel ha hecho lo propio con la 10ª generación de procesadores Core, los Ice Lake de 10nm.
Por fin, Intel salta de los procesos de fabricación de 14nm a los de 10nm, que cuentan con más del doble de cantidad de transistores integrados, mayor rendimiento en monohilo y multihilo, soporte para últimas tecnologías de conectividad y buses, aumento del tamaño de la caché y los búferes, mitigan las vulnerabilidades asociadas a la ejecución especulativa, como Meltdown y Spectre, e incorporan una nueva generación de tarjetas gráficas integradas, Gen11.
Su rendimiento medio (IPC) aumenta un 18% frente a Skylake, aunque puede llegar hasta al 40% en según que aplicaciones y contextos. Esto es gracias al uso de la microarquitectura Sunny Cove, que pasa de 4 a 5 unidades de asignación, a diez puertos de ejecución, el doble de ancho de banda de la caché L1 y a la integración en lso bloques vectoriales y de enteros de las unidades SIMD, Shuffle y LEA.
Las nuevas tarjetas gráficas integradas Gen11 llevarán el rendimiento bruto hasta 1 TFLOP, con 68 ALUs, aumento de la frecuencia del núcleo hasta los 1,1GHz, más memoria de caché L3 y un motor 3D que rozará los 1080p/60fps en según que juegos. También podrá reproducir y crear contenido en HDR 4K gracias a la mejora en QuickSync con codificadores HEVC dobles.
Además, ofrecerá soporte para las tecnologías Thunderbolt 3 y la nueva normativa inalámbrica Wi-Fi 6.
Los primeros equipos en disfrutar de estos nuevos procesadores serán portátiles de gama media, que llegarán durante el último trimestre del año, con la gama de procesadores de ultrabajo voltaje Ice Lake-U.
Más información en la web oficial de Intel.