Con el final del verano y la llegada de septiembre los aficionados al fútbol tienen motivos para que no se les haga muy cuesta arriba la vuelta de las vacaciones gracias al comienzo de las competiciones oficiales de su deporte favorito y a la llegada de las nuevas versiones de los videojuegos que lo recrean desde hace años con mayor o menor fortuna.
Desde hace unos años Electronic Arts y su división deportiva se han ganado, tanto por su buen hacer como por incomparecencia de rival a la altura, el reconocimiento de la mayoría de futboleros digitales gracias a su franquicia FIFA.
Tras la transformación sufrida hace unos años gracias al cambio de motor gráfico y a la apuesta por un concepto de fútbol menos arcade, con más posibilidades, el estudio canadiense ha ido dotando a su juego con pequeñas pero grandes novedades que siempre han hecho que notemos la diferencia de una entrega a otra, para bien, mal o regular, más una artillería de detallitos que si bien no tienen incidencia directa sobre el campo, si la tiene fuera de él y en torno a él, haciendo que la experiencia sea cada vez más completa.<
FIFA 16 no iba a ser una excepción, y desde su puesta de largo el pasado mes de junio ya sabíamos por donde irían los tiros este año, aunque lógicamente no ha sido hasta hace unas semanas cuando hemos podido dar fe de ellos.
Desgraciadamente, en cuanto a apariencia gráfica se refiere, el juego sigue siendo exactamente el mismo, manteniendo una versión parcheada del motor que estrenaron hace ya varios años y que a todas luces empieza a ser ya insuficiente para una franquicia que por nombre y presupuesto aspira a ser la máxima expresión de un deporte hecha videojuego.
Hemos tenido algunos retoques que se agradecen en este sentido, pero aunque el modelado de los jugadores se ha mejorado ligeramente, siguen estando bastante alejados de la realidad, en la recreación de los rostros también hay bastante margen para el lucimiento, salvo en casos muy puntuales, y la recreación tanto del césped como de las incidencias climatológicas sobre este tienen que ir dando ya un paso más.
En términos jugables si se han introducido importantes cambios que hacen de FIFA 16 un juego más complejo, pero también más gratificante cuando se domina, algo que solo es posible cambiando la forma en la que jugábamos hasta ahora y echándole horas mezcladas con cierta dosis de paciencia.
Uno de los principales cambios en este sentido es tanto la precisión a la hora de realizar pases como la eficacia de los controles al recibirlos. Ya no vale eso de dar pases de espaldas nada más recibir el balón y esperar que vaya en dirección y potencia justo donde queremos. Ahora, como en la realidad, necesitamos tener cierto control sobre el esférico y que la orientación sea la adecuada para que el golpeo sea exactamente el que estamos buscando.
Lo mismo se puede decir de los controles. El balón ya no se pega directamente al jugador casi por arte de magia, por mucho melón que nos haya mandado nuestro compañero, ahora hay que tener en cuenta la potencia y la altura del pase para hacernos una idea de como poder recibirlo con éxito, ya sea en carrera, orientándolo, esperándolo o yendo a buscarlo.
Tal es la importancia de los pases ahora que han introducido uno nuevo, de precisión, parecido al normal, pero con bastante más potencia, ideal para evitar anticipaciones de la defensa cuando tanto el pasador como el interceptor están bien orientados.
Dominarlo es de vital importancia, porque hará frente a otro cambio significativo de esta entrega, la anticipación de la defensa, la lectura que hace del juego, de las posibles lineas de pase y como cuando cree estar en ventaja, la IA no duda en ir a por el balón sin esperar a que el atacante lo reciba.
También se ha introducido el regate sin tocar el balón. Con solo mantener pulsado L1 nuestro jugador en posesión de la pelota dejará que esta siga su curso y se limitará a fintar solo con el cuerpo, amagar movimientos en una dirección u otra que pueden descolocar al defensa para entonces, ahora si, irnos con el balón en los pies para donde ha bajado la guardia. Se le puede sacar bastante partido y no es demasiado complicado de dominar.
De hecho han incluido un modo entrenador, que viene activado por defecto la primera vez que jugamos y que podemos parar o poner en marcha en cualquier momento pulsando el analógico derecho, que nos va enseñando sobre la marcha, durante los partidos, las posibilidades del juego y que las vayamos poniendo en vivo, con recomendaciones en cada momento según estemos atacando o defendiendo. Útil para los primerizos con la franquicia o los que de verdad quieran conocer todos los entresijos del título, aunque los tutoriales que hay por la red siempre han sido un buen apoyo en este sentido.
La defensa cuerpo a cuerpo también se ha mejorado, y la lucha por la posición hace que no solo tengamos que atender al balón, sino también al oponente con el que vamos a disputarlo.
El juego está mucho más equilibrado en este sentido, y ya el ataque no tiene una superioridad alarmante sobre la defensa. Está mejor colocada, reaccionan mejor a lo que pasa a su alrededor, leen mejor los partidos y eso de irse en velocidad con cualquiera de 4 o 5 se acabó salvo en contadísimas excepciones.
Ahora los partidos hay que masticarlos más en el centro del campo, tocar, mover la defensa, esperar el momento justo para ejecutar un pase, volver a empezar si no lo vemos claro o jugárnosla con alguna individualidad que ahora cuesta más que nos salga que en anteriores entregas.
Y aquí viene uno de los tirones de orejas a EA. Cuando la demo se dejó caer por las diferentes plataformas digitales todos nos percatamos desde los primeros minutos con el juego que el ritmo había cambiado, además de lo antes comentado de los pases, los controles y demás, el juego tenía un puntito menos de velocidad, no era tan correcalles, y le venía como anillo al dedo a esta nueva propuesta de darle más importancia a masticar las jugadas y a controlar el centro del campo.
Era un cambio bastante significativo, que afectaba a la forma de jugar y de disfrutar el juego. Desgraciadamente, con la llegada de la versión final y las primeras actualizaciones, esto dejó de ser así, y el ritmo de los partidos, la velocidad de los mismos, volvió a ser prácticamente similar a la de FIFA 15.
Mejor o peor, depende de los gustos de cada uno, pero que lleven meses trabajando en una idea y que a días del lanzamiento la cambien por completo, cuando era uno de los puntos diferenciadores con respecto a la anterior entrega descoloca, y mucho. Sobre todo porque no es la primera vez que EA da un volantazo de este tipo.
Para mi gusto, el juego, tal y como estaba en la demo era un paso adelante en la franquicia, la apuesta por un tipo de fútbol más elaborado, más estratégico y que recompensaba más a los que jugaban mejor y no al que daba el mejor pelotazo o sabía regatear mejor. Desgraciadamente, por lo menos en mi caso, esto se ha perdido por el camino. Sus razones tendrán y seguramente yo esté en minoría en este sentido.
De hecho habría sido una elegante forma de poner fin a uno de los principales focos de frustración de muchos de los jugadores, el handicap. Ese periodo de tiempo indefinido que hace que, por muy bien que juegues, por mucho que lo hagas como siempre, la pelota no entra, los tiros y pases van donde no deberían o los jugadores no controlan como se les espera.
Desgraciadamente ahí sigue, y es algo que lógicamente desespera en demasía a los que más horas invierten en FIFA. Porque se puede entender cierta aleatoriedad en determinadas circunstancias, el fútbol real las tiene, pero cuando se suceden de forma tan seguida parece claro que más que aleatoriedad hay una balanza que deliveradamente se está inclinando más hacia un lado que hacia otro, normalmente en contra de los equipos que en el online llevan una racha de victorias considerable.
EA siempre se ha defendido en este sentido afirmando que el handicap como tal no existe, que lo que existen son fallos de programación, como en todos los juegos, que pueden provocar que algo no suceda exactamente como debería, y que en juegos tan complejos como estos, en los que hay de por medio tantas variables, pueden aparecer. Pero claro, esto no cuela cuando lo comparamos con otros juegos deportivos y vemos que no pasa.
El handicap es una característica intrínseca del FIFA y los jugones no tienen más que o resignarse y pensar que unas veces te dará y otra te quitará, o desesperarse y dejar a un lado en apartado multijugador o quien sabe, el juego en su totalidad.
En cuanto a modos de juego el título de EA sigue destacando por su amplia propuesta, destacando el modo FUT, el modo carrera o el online para jugar solo, por parejas o en el modo club con hasta 11 integrantes en el equipo.
En el FIFA Ultimate Team, la verdadera gallina de los huevos de oro de la compañía, los cambios se han centrado en equilibrar el mercado de transferencias, para que no haya fichajes imposibles, no se abuse del tradeo e intentar acabar con la venta de jugadores fuera del juego, mientras que lo que es el sistema de competición y la gestión del equipo, salvo retoques, permanece prácticamente igual.
Para añadir un punto diferenciador en esta entrega se ha añadido un submodo, el FUT Draft, que nos da la posibilidad de crear una plantilla de gala con una serie de jugadores propuestos por la CPU en cada posición, normalmente con bastantes jugadores punteros de por medio, y usarla para competir contra la IA u online hasta que perdamos o ganemos un máximo de cuatro partidos, con recompensas bastante jugosas en forma de sobres.
La idea es bastante buena, porque nos da la oportunidad de jugar con jugadores que seguramente no tengamos la posibilidad de tener en nuestro club y aun así no perder la esencia de que hemos creado nosotros mismos el equipo, pero para jugar cada vez tenemos que pagar 15.000 monedas del juego, una cifra que hace que solo los más jugones se puedan permitir tener acceso a él.
La primera vez es gratuita, pero aquí EA o bien debería de bajar el listón de acceso o por lo menos regalar un acceso al mes o así a todos los jugadores, porque es tener un modo de juego ahí prácticamente capado para muchos usuarios que solo juegan a FIFA ocasionalmente o que prefieren gastarse las pocas monedas que ganan en construir su equipo y no a echarlo a suertes en un modo que al final lo que dan son sobres, y todos sabemos lo difícil que es sacar algo jugoso de ellos.
En el modo carrera también se han introducido algunas novedades, como la posibilidad de poder negociar durante todo el año, no solo durante los periodos de traspaso, unos precios más reales para los jugadores o información en tiempo real de la temporada tanto durante los partidos como cuando estamos por los menús, incluso de voz de los comentaristas. Aunque quizás lo más destacado sea el modo entrenamiento para mejorar las cualidades de nuestros jugadores, sobre todo las de los más jóvenes, que tienen más margen.
En cuanto a licencias, no por ser obvio hay que agradecer a EA el esfuerzo que hace en este sentido, sobre todo viendo lo que hay en la acera de enfrente. Una gran cantidad de ligas licenciadas, incluyendo las más potentes, cada vez más estadios reales recreados en el juego, cánticos de las aficiones grabados en directo de cada vez más equipos y muchos detalles durante los partidos que le dan un aire de retransmisión de TV que le sienta bastante bien.
De hecho, en este sentido hay que hacer mención a parte a la inclusión, por primera vez en la franquicia, de equipos de fútbol femenino. Y no lo han hecho simplemente dándole forma de chica a los cuerpos de los jugadores y poco más, el juego se nota diferente cuando jugamos con estos equipos. Menos técnico y físico, más impreciso, pero también bastante divertido de jugar.
Donde necesita un cambio urgentemente es en los comentarios. A Manolo Lama, que es el que lleva el peso de las retransmisiones, se le nota demasiado exagerado, pasado de revoluciones en más de una ocasión, con comentarios que quieren ser graciosos pero no lo son tras venir repitiéndose desde hace años y con fallos que hacen que se refieran a eventos pasados como si todavía no hubiesen pasado.
Hace falta no solo meter más comentarios, que los hay, algunos referidos incluso a rumores sobre fichajes que se pueden dar en el modo carrera, por poner un ejemplo, y son de agradecer. Lo que necesita la franquicia es o bien una nueva pareja de comentaristas, más centrados en hacer su trabajo que en alimentar el personaje que han creado dentro y fuera de las pantallas, o replantear el trabajo de los actuales, porque da la sensación de que la franquicia ha avanzado en muchos frentes pero en este está bastante estancado, sobre todo en cuanto a la creadibilidad que deberían de transmitir comentarios de este tipo.
Conclusiones de FIFA 16
FIFA 16 se las prometía como un gran paso adelante en la franquicia con ese cambio en el ritmo de juego, pero tras haber reculado con el juego final en las tiendas, se ha quedado como solo un pasito más hacia una dirección que ya no está muy clara.
El juego es muy divertido de jugar, tanto por las posibilidades que ofrece como por lo bien que responde ante nuestras acciones, y el envoltorio en el que nos lo entrega EA, en forma de una cantidad ingente de licencias, modos de juego y detallitos varios lo convierten una compra casi obligatoria para los amantes del deporte rey.
El problema de la compañía norteamericana con FIFA es también su mayor fuente de ingresos, el FUT. Este modo condiciona todo el juego, hasta el punto de haber frenado el progreso en otros apartados por tal de no tocar mucho lo que les funciona como nunca habrían imaginado que lo haría.
Se me ocurren pocas salidas reales para esto. O bien entregar el FUT como juego free-to-play independiente, dejando por otro lado el juego base con sus licencias, modos online y offline y demás de pago, como en la época pre-FUT, o bien arriesgarse a hacer crecer y madurar el juego a costa de que los más fanáticos del Ultimate Team se adapten a él. Visto el paso atrás a última hora dado con FIFA 16, me inclino más por la primera opción.
También va siendo hora de un lavado de cara a nivel gráfico, una nueva versión del motor Ignite que de verdad nos proporcione un juego de nueva generación a nivel visual, tanto en el modelado de los jugadores y sus animaciones como en todo el entorno de juego (césped, clima, público y demás).
Es difícil arriesgar cuando se va ganando por goleada, ahí están los números, pero es la única forma de no volverse a estancar y que cuando quieras reaccionar ya sea demasiado tarde. La historia está plagada de ejemplos.
En definitiva, y aunque pueda parecer lo contrario por habernos centrado más en los puntos donde flojea que en los que destaca (porque la mayoría ya vienen de entregas anteriores), FIFA 16 es un gran juego de fútbol, seguramente el más completo que hayamos disfrutado hasta hoy, pero a estas alturas de la competición debemos exigir a EA Sports algo más que ganar 1 a 0.