Ubisoft nos sorprendió a principios de octubre del año pasado con nu nuevo Far Cry, una nueva entrega de su popular franquicia juegos de acción en primera persona en mundo abierto.
Sorprendió porque, si bien sabíamos que tarde o temprano llegaría un nuevo juego de la saga tras Far Cry 4, no esperábamos que el anuncio se produjese en esas fechas, ni que se fuese a lanzar pocos meses más tarde, y, ni mucho menos, el contexto en el que se desarrollaría el juego.
Bienvenidos a la Edad de Piedra de Far Cry Primal
Porque con Far Cry Primal decidieron dar un salto hacia atrás como pocas veces antes se ha visto en videojuegos, sobre todo a este nivel, y trasladarnos a la Edad de Piedra en una apuesta bastante valiente teniendo en cuenta que es un terreno sin explorar como se debe y que lo que se lleva en estos años es mirar más hacia adelante que hacia atrás.
El cambio de contexto no solo afecta a la ambientación y al entorno, sino también a la forma en la que interactuamos con él, ya que por entonces no disponíamos de los mismos medios que tenemos ahora para enfrentarnos a cualquier tipo de peligro.
Far Cry Primal es más que un skin o mod para Fary Cry 4, por mucho que comparta el diseño del mapa, algo que pasa completamente desapercibido porque todo lo que hay encima de la base, que es lo que importa, es diferente.
Un mundo vivo
A eso ayuda el impresionante acabado visual que tiene el juego, un entorno cuidado con todo lujo de detalle, con zonas bien diferenciadas en un mapeado lo suficientemente grande y variado para que ni nos parezca estar yendo siempre por el mismo sitio ni se nos haga pesado pese al gran tamaño del mapa.
Para que esto último no ocurra Ubisoft ha dotado de vida todo el mundo donde se desarrolla el juego, con animales por todos lados, cada uno en sus hábitats naturales, interactuando entre ellos o permitiéndonos a nosotros hacerlo. A esto habría que sumarle las misiones que se van generando de forma aleatoria a nuestro alrededor, que podemos elegir hacerlas o no pero que ayudan, y de que manera, a esa sensación de mundo vivo que transmite el título en todo momento.
Quienes somos
En este contexto nos encontramos con nuestro protagonista, Takkar, un cavernícola de la tribu de los Wenja, bastante castigada por las otras dos de la zona, la de los Udam y la de los Izila.
Nuestra misión, claro, es hacer crecer y prosperar a nuestra maltrecha tribu, y para ello deberemos de realizar misiones de todo tipo, desde rescate de rehenes, hasta robar de terminados artefactos o cazar animales grandes, pasando por los típicos ataques a determinados asentamientos enemigos, junto a las que tendremos las típicas misiones secundarias repartidas por todo el mapa que nos irán valiendo no solo para salirnos un poco de la trama principal, sino también para ir ganando control de la zona.
Todo ello mientras vamos recolectando recursos por todo el mapeado, como plantas, rocas, madera o pieles de animales para ir mejorando las diferentes zonas del asentamiento Wenja, algo que no es baladí ya que hará que vayamos teniendo acceso a cada vez más mejoras que repercutirán directamente en la salud o las habilidades del personaje, además del tipo de armas y a las evoluciones de estas.
La historia principal, como casi siempre ocurre en estos casos, sirve como excusa para situarnos en un mundo lleno de posibilidades, y su papel lo cumple a la perfección, por bien integrada y por resultar poco cargante. No pasará a la historia en lo narrativo, pero ni es su objetivo ni lo necesita.
Los animales: enemigos y amigos
No es la primera vez que vemos a animales en un Far Cry, ya no solo como como un atrezzo más por el escenario o como otro de los peligros que nos tenemos que enfrentar en nuestra aventura. Incluso ya nos hemos apoyado en ellos para salir airosos de alguna que otra ocasión.
Pero en Far Cry Primal todo eso queda en anécdota, ya no solo porque serán el tercer frente enemigo al que nos tendremos que enfrentar constantemente en nuestras idas y venidas, sino porque también serán nuestros grandes aliados.
Y es que Takkar conseguirá la habilidad de domesticarlos, de forma que siempre podremos llevar a uno acompañándonos, algo crucial tanto para ahuyentar a otras bestias como para atacar a los enemigos, además de para desplazarnos rápidamente por el mapeado, si es que este se presta a ello, claro.
Pero no es una característica que esté «rota». Al animal de turno (podremos domesticar a una gran variedad de ellos) que llevemos de acompañante habrá que cuidarlo, ya que lógicamente también es vulnerable a los ataques de otros animales o cavernícolas de otras tribus, por lo que tendremos que usarlos con cabeza y con un ojo siempre puesto en él por si lo tenemos que sacar de algún apuro al igual que incondicionalmente lo hará con nosotros.
En la Edad de Piedra también iban armados hasta los dientes
Pero con los animales solos no vamos a ningún sitio, nosotros primero tendremos que saber defendernos por nosotros mismos, y para ello nos tendremos que valer con los medios que tengamos a nuestro alcance.
Desde piedras hasta garrotes, lanzas o hachas, pasando por el siempre socorrido arco. Todas ellas las podremos ir mejorando conforme vayamos consiguiendo los recursos y sabiduría necesaria a través de otros compañeros de tribu.
También podremos acabar con enemigos rápidamente si no nos detectan o les pillamos tan de sorpresa que no les da tiempo a reaccionar, clavándoles una piedra afilada como si fuese un cuchillo o machete, o bien usando la lanza o el garrote si las tenemos equipadas en ese momento.
A esto habría que sumar un par de granadas especiales que nos enseñarán a fabricar, además de los ataques de los animales que tengamos domesticados, como hemos puntualizado anteriormente.
Como es costumbre en la franquicia, el control del personaje es tan orgánico que en ningún momento supone un impedimento para jugar como queremos, y el control de las armas es bastante satisfactorio a todos los niveles, sobre todo el del arco, que en mi caso ha sido el arma con la que he ido equipada a lo largo de todo el juego.
Conclusiones de Far Cry Primal
Far Cry Primal representa bastante bien lo que espero de una nueva entrega de una franquicia ya conocida: aportar las suficientes novedades como para sentirme atraído hacia a ella sin que eso signifique perder sus señas de identidad, sobre todo si eran tan buenas como en el caso de la que nos ocupa.
La arriesgada decisión de dar un salto contextual tan grande y hacia atrás, cuando lo normal hoy en día es hacerlo hacia adelante, les ha salido bastante bien. Una experiencia que convence desde las primeras horas de juego y que no se diluye con el paso de las horas gracias a la mezcla de una tremenda ambientación, un control del personaje como nos tienen acostumbrados, una progresión de las habilidades del personaje que nos hace ir siempre y poco más allá, una variedad de misiones aceptable y un mundo en el que nos sentimos parte de él.
Prueba del mimo que le ha puesto Ubisoft al juego está en que en vez de optar por ponerle voces en inglés o español a los personajes, que habría sido lo más cómodo y tampoco nadie habría rechistado mucho por ello, se pusieron a crear una lengua original basada en el proto-indo-europeo que se hablaba por entonces, con sus variantes según la tribu. Le da bastante empaque a todo el conjunto.
La gran pega está en la ausencia del modo cooperativo que si pudimos disfrutar en anteriores entregas y que siempre aporta en este tipo de juegos un valor añadido bastante a tener en cuenta.
Los que disfrutaron de los anteriores Far Cry encontrarán en Primal una buena razón para conseguir confiando en la franquicia ya que encontrarán en ella lo que les hizo que se engancharan a la vez que aporta las suficientes novedades como para sentirla viva y no presa de la apática condescendencia.
Los que se vayan a adentrar en ella por primera vez porque las anteriores entregas no les atrajeron contextualmente posiblemente encuentren en Far Cry Primal los motivos necesarios para engancharse a una franquicia que ha demostrado que se puede ir un poco más allá incluso en géneros cada vez más saturados como este sin dejar atrás a los que ya lo estaban.
Un juego divertido, bien trabajado, variado, con un contexto poco explotado a estos niveles y con las suficientes novedades dentro de una franquicia asentada como para hacerlo atractivo a propios y extraños. Una compra obligada para los amantes del género.
El juego está disponible desde el 23 de febrero para PS4 y Xbox One, una semana después para PC. Puede ser nuestro desde 47,95€.