Si, otro capítulo más en la telenovela en la que se está convirtiendo la compra de Activision por marte de Microsoft. En esta ocasión, el foco está en los nuevos documentos que ha aportado Sony a la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) con los que esgrime sus motivos para oponerse a dicha operación.
La compañía japonesa apunta en varias direcciones, siempre con el popular shooter de por medio. Entre los «temores» de Jim Ryan y compañía estaría el que Microsoft pudiese subrir el precio de Call of Duty, hacer que solo estuviese disponible en su propio servicio de suscripción, Xbox Game Pass, o el que es más llamativo, el que los de Redmond pudiesen degradar de forma intencionada o no, la calidad y rendimiento de los juegos de la franquicia en consolas Playstation, para que así los interesados en jugarlo en las mejores condiciones lo hiciesen en Xbox o PC.
Sony pone este ejemplo:
Microsoft podría lanzar una versión para PlayStation de Call of Duty en la que los fallos y errores aparecieran sólo en el nivel final del juego o tras actualizaciones posteriores. Aunque estos fallos pudieran detectarse con rapidez, cualquier remedio llegaría demasiado tarde, y para entonces la comunidad de jugadores ya habría perdido la confianza en PlayStation como plataforma para jugar a Call of Duty.
De hecho, como atestigua Modern Warfare II, Call of Duty se compra con mayor frecuencia sólo en las primeras semanas de su lanzamiento.
Si se supiera que el rendimiento del juego en PlayStation es peor que en Xbox, los jugadores de Call of Duty podrían decidir pasarse a Xbox, por miedo a jugar a su juego favorito en un lugar de segunda clase o menos competitivo.
Otro de los puntos que señala Sony es que Microsoft podría ignorar características específicas de Playstation para sacarle partido a Call of duty, como la retroalimentación háptica del DualSense o los gatillos adaptativos, una peor optimización del juego o no invirtiendo en el multijugador de la plataforma.
Una cosa es la retaíla de motivos que pueda esgrimir Sony para oponerse a la compra de Activision por parte de Microsoft y otra que tengan sentido alguno. Ni por imagen ni por negocio, Microsoft, o cualquier otra compañía, sabotería intencionadamente un juego de su propiedad, aunque esté en otra plataforma (de hecho, ya hay juegos de Microsoft en otras plataformas, incluídas las de Sony).
Otra cosa es que tenga cierta prioridad para contenido adicional, betas y demás, lo que sería, sin ir más lejos, el mismo trato de favor que obtienen los usuarios de Playstation en Call of Duty gracias al buen dinero que Sony le paga a Activision porque sus jugadores tengan una mejor experiencia y más contenido en el popular shooter. Es decir, se están oponiendo a algo que ellos mismos llevan haciendo con esta misma franquicia.
Con respecto a que Call of Duty fuese exclusivo de Xbox Game Pass en lo que a servicios de suscripción se refiere, Microsoft ya argumentó ante la propia CMA que cualquier título de la franquicia podría estar en servicios de suscripción de la competencia, por el mismo tiempo y duración, siempre y cuando se pague lo que está estipulado, como hacen con cualquier otro juego.
Sony tiene sobre la mesa desde hace meses un acuerdo por 10 años para asegurar la presencia de Call of Duty en consolas Playstation, similar al que han firmado Nintendo o NVIDIA, pero la compañía japonesa no se presta a ello y se sigue oponiendo frontalmente a que la compra de de Activision por parte de Microsoft llegue a buen puerto.